Cordal de Ordunte ( Nava de Ordunte )

¡Y seguimos para bingo!

Otro día más que amanece soleado y que, como disponemos de tiempo libre, salimos a "dar una vueltilla" por estos montes tan bonitos que nos rodean.

Tras arduas deliberaciones hemos  decidido que el cordal de Ordunte  es el lugar perfecto para pasar el día de hoy pateando monte.

Por lo que toca madrugar un poco,  desayunar fuerte,  montar en el coche y tomar la Bi-636 dirección Balmaseda ( BI-636 que se convierte en la CL-629 por arte de magia cuando cruzamos "la muga" ),  pasar dicha villa por la variante que la circunvala ,continuar dirección Villasana de mena,  llegar hasta "Tarriba" y tomar el desvío que , cruzando las vías de FEVE, nos conducen hasta el pueblo de  Nava de Odunte.

Atravesado el pueblo y a un centenar de metros ( más o menos ) vemos la  desviación señalizada que nos lleva hasta la presa del pantano de Ordunte, lugar de inicio  y fin de la caminata de hoy y lugar elegido para dejar el coche ( 43.161138, -3.282438).

Pantano de Ordunte.

Como es habitual ya  toca cambiarse de ropa y calzado, untarse de crema solar ( que el día se presupone largo ) , coger la makila y la mochila y ponerse en camino.

Lo primero que toca nada más ponernos en marcha es cruzar la presa del pantano, la cual es accesible para todo el mundo ( hay otras presas que tienen restringido el paso por la misma ) y , si lo deseas, puedes cruzar en coche para acceder a los múltiples sitios donde "acampar" por un día para tomar el sol o pasar la tarde.

Cruzando la presa.

La curiosidad es innata en mi... toca mirar la presa desde el punto central , por la parte "seca" para ver lo alto que estamos.

Vistas desde el centro de la presa.

Una vez cruzada la presa y a los pocos metros encontramos  la pista que , serpenteando por la ladera, nos guiará a las primeras cimas del día.

Acceso a la pista.

Tras cruzar la alambrada por el acceso lateral habilitado para peatones comenzamos a subir por la pista contemplando el bosque bajo que nos rodea.

Pista a transitar.

Dicho bosque bajo nos impide ver mas allá del mismo, pero según vamos ganando altura y , en algún claro, podemos ver lo que se esconde a nuestro alrededor.

Primeras vistas del pantano.

Como a kilómetro y medio-dos kilómetros del inicio de la pista encontramos un bosque de pinos que tenemos que atravesar.

Bosque de pinos.

Viene bien tener que atravesar el bosque porque empieza a hacer calor y la sombra va a agradecerse.

Justo en este lugar nos cruzamos con un ciclista al cual saludamos.

Llegamos a otra alambrada que cierra el camino.

Tras atravesarla encontramos una pista que asciende... la primera intuición es seguirla , pero  tras mirar el GPS ( llevamos ruta preestablecida ) comprobamos que esta pista no es la que hay que seguir sino que "la buena" se encuentra unos pocos metros más adelante.

Atravesamos la valla y NO continuamos ascendiendo por esta pista.

Dicha pista está marcada con un hito de piedras y tiene algo más de pendiente.

Esta si es la pista que hay que seguir.

Comenzamos a transitar por ella... también a sudar ( la temperatura va subiendo y las cuestas se van haciendo más exigentes)  y entre los claros, nuevamente , volvemos a apreciar las fantásticas vistas que nos rodean.

Otras cumbres de la zona.

Cambiamos nuevamente de vegetación... empiezan a asomar los primeros robles.

Roble en el camino.

Continuamos pista arriba, despacio pero sin pausa,  parando de vez en cuando a disfrutar de las vistas.

Vemos, a lo lejos, la presa que atravesamos no hace tanto para comenzar la caminata.

Presa de Ordunte.

En un lateral de la pista un pequeño charco alberga vida en su interior.

Renacuajos.

Con tanto cemento y construcción pocas charcas quedan donde estas ranas ( y sapos ) en potencia puedan desarollarse hasta la edad adulta.

De "peques" era habitual ir a "cazar renacuajos" en alguna de las  charcas cercanas a casa que la época industrial no había conseguido destruir.

Ahora el lugar que ocupaban está sembrado de cemento y de ellas solo queda el recuerdo.

Volvemos a cruzarnos con otra  pista... El camino está perfectamente señalizado.

Cruce de pistas e hito indicativo.

Toca atravesar un bosque de hayas.

Su sombra se agradece enormemente.

Atravesamos el bosque.

Transitamos un tiempo bajo el abrigo ( y la sombra ) de las ramas pero todo lo bueno se acaba y llegamos a una zona donde la única vegetación son los helechos.

Aquí "solipandi" vuelve a pegar con alegría y toca empezar a beber agua para reponer los líquidos perdidos por el sudor.

Se acabó lo bueno.

Malas noticias porque se ha acabado el bosque que nos protege del sol... buenas noticias porque se ha acabado el bosque que nos impedía ver las  fantásticas vistas que nos rodean.

El vaso medio vacío o medio lleno según el punto de vista que nos interese.

Vistas desde "aquí arriba".

Tras un tramo al sol encontramos otro bosque protector.

Bosque ( y sombra :)  ).

Disfrutamos de otro ratito más de sombra mientras transitamos por el.

Pero todo lo bueno se acaba y según nos acercamos a la cima el brezo lo tapiza casi todo.

Brezo florecido.

Comenzamos a ascender por las sendas que lo delimitan y por fin llegamos a nuestra primera cima, la maza de Pando, de 1018 metros de altura.

Maza de Pando , de 1018 metros de altura sobre el nivel del mar.

Las piedras que lo coronan parecen un buen sitio para tomar un tenteempie.

Cima de La maza de Pando.

Nos sentamos sobre ellas, abrimos la mochila mientras miles de insectos ( o eso parece ) revolotean " a toa leche" a nuestro alrededor.

Parece ser que la cima es suya y no les hace gracia que estemos en ella.

Como los bichos no dejan de incordiar toca recoger el campamento y continuar caminando.

Unos pocos metros debajo de la cima... los bichos , como por arte de magia, desaparecen.

Pero aquí no hay lugar cómodo donde sentar las posaderas un ratito por lo que disfrutamos del paisaje que nos rodea.

Vistas desde la zona.

Soy un zote en geografía... pero diría que eso de ahí enfrente es Carranza y  ese "peñasco" que se ve, la zona donde está ubicada la cueva de Pozalagua.

Peña Ranero y Pico del Carlista.

 Toca seguir el sendero de descenso.

Sendero de descenso.

Cambiamos la orientación de la vista... y disfrutamos del pantano "bajo nuestros pies".

Pantano de Ordunte.

Cambiamos nuevamente... y disfrutamos de las vistas de los collados del Asón.

Collados del Asón.

Que lejos está todo por carretera... que cerca en linea recta desde una cumbre.

Aquí no hay hitos de piedras para seguir el camino... seguimos las flechas, que es mas sencillo.

Señalización del camino.

Vemos , no muy lejos, nuestro siguiente objetivo y nos dirigimos al mismo.

Nuestro siguiente objetivo.

A la mitad de su ladera una pequeña cabaña de piedra llama nuestra atención.

Cabaña de piedra.

A cobijo del bosque que nos rodea podemos terminar el "amaiketako" que iniciamos en la cima y que no pudimos terminar por culpa de los bichos.

El descanso del guerrero.

Con las energías recuperadas y tras un breve descanso nos volvemos a poner en marcha.

Toca tratar de encontrar la senda que nos guiará hasta la cima por el amasijo de helechos que cubren la ladera.

"Siguiendo" la senda.

Cuando miras atrás ves que el camino que has seguido no era el mejor.

Subiendo entre los helechos.

También la cima que hace no tanto acabábamos de coronar.

Maza de Pando.

Pero no hay que mirar atrás... hay que mirar hacia adelante.

Y hacia adelante lo que vemos es la cima  a la que no queda tanto para llegar.

Siguiente objetivo.

Llegamos a la cima.

El buzón está destartalado y la placa identificativa ha desaparecido.

Ilso de las Estacas, 1037 metros sobre el nivel del mar.

Por mapa sabemos que es el Ilso de las Estacas , de 1037 metros de altura.

Además de lo que queda del buzón alguien ha creído oportuno poner una cafetera.

No habría venido mal un cafe y unas pastitas, pero va a ser que no.

Vistas de la zona.

Deja Vu!!!!

Los bichos atacan de nuevo!!!!

En esta cima tampoco somos bienvenidos y los bichos se afanan en amargarnos la estancia.

Las fotos de rigor  y a comenzar el descenso.

"Foto de rigor".

Bajando podemos ver la siguiente cima a conquistar.

Siguiente cima del trayecto.

Ponemos rumbo a ella.

Toca descender con cuidado, que la pendiente es pronunciada.

Descendemos con cuidado.

Estamos "cresteando" la montaña y el viento que viene de los collados del Asón ( y alrededores ) no es muy cálido que digamos.

Collados del Asón.

Desde esta cresta podemos contemplar como el levantamiento de las placas ha creado esta cordillera.

Elevación de las placas.

No estamos lejos de nuestro siguiente objetivo, pero la pendiente hace que el paso no sea ya "muy vivo" por lo que todo se alarga más de lo apetecible.

Próxima cima a conquistar.

Con esfuerzo y constancia conseguimos hacer cima.

Balgerri , 1106 metros sobre el nivel del mar.

Disfrutamos de las vistas del camino ya recorrido.

Echando la vista atrás.

Esta debería haber sido la última cima a conquistar... pero, ya que estamos aquí... porque no hacer esas 3 cimas que están "tan cerca" ?

Más cimas que conquistar.

Dicho y hecho... nos ponemos camino a ellas.

Como sufriremos más adelante... tremendo error.

Pero en estos momentos estamos "onfire" y no hay nada que nos de miedo.

Toca descender el Balgerri...Dicho y hecho.

Descendiendo el Balgerri.

Seguimos la cresta que nos separa de nuestros objetivos.

El  final del pantano queda ya lejos.

Final del pantano.


Llegamos a un poste informativo.

Poste informativo.

Encontramos una flor que dedicarle a amatxu.

Dedicada a Amatxu.

Miramos atrás y vemos el camino ya recorrido.

Balgerri, a lo lejos.

Parece que estamos cerca de llegar a nuestros objetivos finales.


Parece que queda poco.

 Objetivos que nos harán sudar la gota gorda.

Así con tal tontería llevamos más de 10 kilómetros trotados y cerca de 1000 metros de desnivel.

El sol aprieta y la temperatura, cuando para el viento, es alta.

Con paso cansino vamos superando los metros que se interponen entre nosotros y la cima.

Las tres cimas son de similar altitud y entre ellas una altiplanicie las une.

La primera , Peñarada (1125metros ) no tiene ningún hito que marque  su cota más alta... nos la tenemos que imaginar.

Desde este punto llama nuestra atención una roca clavada en la misma. Nos acercamos a la misma.

Roca clavada.

Foto de rigor y a por la segunda cima, que , desde lo lejos, si parece que tenga marca.


Segunda cima de "la triada".

Nos acercamos y comprobamos que es otra roca similar a la que acabamos de ver.

Cima de la segunda.


Esta , Salduero ( 1122 metros ) si tiene un hito de hormigón , aunque sin información alguna sobre la cima.
Salduero , 1122 metros sobre el nivel del mar.

Vamos a por la tercera, la maza del topo , que la hemos dejado última porque casi coincide con el camino de vuelta.

Aquí tampoco hay nada que marque su cima... la damos por encumbrada.


Maza del topo , 1107 metros  sobre el nivel del mar.

Y por fin , bajo un sol abrasador , comenzamos el camino de vuelta.

Descendemos buscando algo de sombra donde resguardarnos para comer algo y reponer fuerzas... por fin lo encontramos.


Un poco de sombra por fin.

Con ansia nos resguardamos a la sombra del los árboles... sacamos el bocata  y damos cuenta de el.

También aprovechamos para tomar líquidos y tratar de recuperar los que hemos perdido con la sudada.

Tarde ( lo sabremos más adelante ) nos ponemos  nuevamente crema solar para tratar de no quemarnos.

Tras un breve descanso toca ponerse de nuevo en ruta.

No demasiado lejos está el camino de bajada que deberíamos haber tomado con la ruta original.

De haberlo hecho nos habríamos ahorrado un par de horas bajo un sol abrasador y una caminata "en balde" hacia cimas que no aportaban nada.

Pero eso lo sabemos ahora... después de haberlo sufrido.

Llegamos a el y comenzamos el descenso...
 
Pista de bajada.

Llevamos 17 kilómetros en nuestras piernas... y todavía nos quedan otros 10 para llegar al coche.

Por suerte este tramo atraviesa bosques por lo que tendremos respiros del abrasador sol.




 Y toca bajar y bajar, seguir y seguir...

Poco que contar de este tramo...  pista,  a veces más inclinada, a veces menos... pero pista , pista y mas pista por la que caminar.

Las fuerzas flaquean y ya no hay tanta alegría ni ganas de hacer fotos.

La pista llega a un punto en el que vamos llaneando durante un buen rato.

Se agradece, la verdad , porque tras un gran  periodo cuesta abajo  los cuadriceps se cargan y las maltrechas rodillas empiezan  a doler.

 Alcanzamos a un cruce de pistas...   tenemos dudas, pero la ruta en el GPS lo indica claro.. tenemos que tomar la que baja.


Cambio de pista.

Atravesamos la cerca y continuamos bajando.

Tras un cansado descenso conectamos con otra pista que llanea , la cual tenemos que seguir durante otro tramo.

Esta pista vuelve a coger inclinación para seguir descendiendo del cordal que hemos visitado.

Otra verja se interpone en nuestro camino... la superamos como las anteriores.


Otra cerca que superar.

La superamos como las anteriores y nos alegramos porque cerca está la pista principal que bordea el pantano.

Una vez llegados a esta , giramos a la izquierda  u serpenteamos por la ladera del pantano buscando las pocas sombras que los árboles nos brindan.

 De vez en cuando un claro se abre y podemos ver el agua.

Podemos ver el agua.

 Solo nos queda superar los últimos kilómetros bordeando el pantano.

Con sufrimiento los recorremos para llegar, nuevamente, a la presa , la cual nos alegramos de ver porque significa que el coche esta muy, muy cerca.

Nuevamente en la presa del pantano.

Con alegría, pero sin energías , la atravesamos para llegar al aparcamiento.

Tras abrir el coche lo primero que hacemos es "asaltar" el agua fresca que , previniendo el calor, habíamos guardado en termos.

En este punto donde hemos aparcado el coch hay una fuente , pero el agua  no está tratada , por lo que mejor asaltar las reservas.

Cansinamente nos cambiamos de ropa y calzado, guardamos los bártulos en el maletero , descansamos un poco  y comenzamos el camino de vuelta.

Deseando estamos de llegar a casa y darnos una ducha fresquita con la que quitarnos el sudor , la crema protectora y el polvo adherido al cuerpo que tenemos encima.

Toca descansar un poco y maquinar la siguiente aventura.

Fin.

Que vuestros pies os lleven por  bonitos parajes.














































Comentarios

  1. Que recuerdos!!
    Por ahí pasé hace.... unos 25 años.

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    1. Espero que con la lectura hayas vuelto a disfrutar del lugar.

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